Anoche fuimos a ver la nueva película de Disney-Pixar: "Valiente". Como es de esperarse en las producciones de Pixar, la animación es fantástica, vale la pena disfrutarla en 3D; las canciones interpretadas por Yuridia me parecieron hermosas, y los momentos cómicos, muy bien logrados. Sin embargo, he leído algunas reseñas y críticas que hablan de un "tropiezo" en el guión, dicen que no tiene la "fuerza" de otras producciones de esa empresa. Y es que, sí, efectivamente, no es una película de aventuras, no es una película cómica. No encontrarán la ternura de Wall-e, ni el sentimentalismo de Toy Story 3 o de Up; ni las carcajadas de la Era de Hielo o Madagascar. (Curiosamente, las críticas en ese sentido, fueron escritas por varones).
Y es que esta película, si no se han dado cuenta, no es para niños. Leyeron bien. NO es para niños: es para NIÑAS. Para niñas grandes y niñas chicas.
El argumento gira completamente en la relación entre la Princesa Mérida y su madre, la Reina Elinor. Los conflictos entre las expectativas que una madre tiene sobre el comportamiento y futuro de su hija, y la rebeldìa de la hija que quiere tener su destino en sus propias manos. En ese aspecto argumental, se parece más a "Buscando a Nemo", que trataba acerca de la sobreprotección de un padre hacia su hijo.
Siendo Mamá, imposible no sentirme identificada con la Reina Elinor, y mi hija (que la próxima semana cumple 10 años) se vió reflejada de inmediato en la princesa y su afán de hacer lo que a ella le gusta. "Quién sabe a quién se parece, ¿verdad?" Me dijo volteándome a ver a través de los lentes 3D, luego de una de las primeras escenas, donde la reina le da cientos de instrucciones a Mérida... igual a como yo lo hago con ella.
"Touché", pensé yo. Pero conforme se desarrollaba la trama, mi niña se quedó muy calladita, observando las consecuencias de la rebeldía. De igual forma, yo me dí cuenta de lo difícil que es lidear con una adolescente (glup!) aún cuando se tengan las mejores intenciones nacidas del amor que se les tiene. Hay una escena muy emotiva que casi me arrancó las lágrimas, cuando la princesa recuerda cuando era niña y busca la protección de su madre. La reina le dice una frase que es la misma que yo pensaba cuando mi niña era bebé y la acunaba en mis brazos: "Siempre estaré ahí para tí"... De igual forma, y sin afán de adelantarles la trama, me pareció muy significativo cómo ambas tienen que cambiar para entenderse: la reina prácticamente tuvo que perder su naturaleza humana para poder acercarse a su hija, escucharla y entenderla.
"Touché", pensé yo. Pero conforme se desarrollaba la trama, mi niña se quedó muy calladita, observando las consecuencias de la rebeldía. De igual forma, yo me dí cuenta de lo difícil que es lidear con una adolescente (glup!) aún cuando se tengan las mejores intenciones nacidas del amor que se les tiene. Hay una escena muy emotiva que casi me arrancó las lágrimas, cuando la princesa recuerda cuando era niña y busca la protección de su madre. La reina le dice una frase que es la misma que yo pensaba cuando mi niña era bebé y la acunaba en mis brazos: "Siempre estaré ahí para tí"... De igual forma, y sin afán de adelantarles la trama, me pareció muy significativo cómo ambas tienen que cambiar para entenderse: la reina prácticamente tuvo que perder su naturaleza humana para poder acercarse a su hija, escucharla y entenderla.
Al final, salimos muy contentos y nos fuimos a cenar. Durante la cena, aproveché para hacerle algunas preguntas a mi hija sobre la actitud de los personajes y de cómo pudieron haber evitado los conflictos. Le pregunté si hubiera sido mejor que la princesa obedeciera ciegamente a la Reina. Me llevé la gratísima sorpresa de que me contestó que si la princesa hubiera obedecido a su mamá, no sería feliz, pero si hubiera hecho lo que ella quería, hubiera puesto muy triste a la reina. Pero que lo que había ocasionado el conflicto era que no habían sabido escucharse una a la otra, y por lo tanto, no se entendían. "Lo mejor hubiera sido que hablaran y decidieran entre las dos" - concluyó. ¡Una exitosa sesión de terapia Madre e Hija cortesía de Pixar! Me sentí muy orgullosa que ella solita, a su edad, haya podido llegar a esa conclusión. ¡Ojalá lo que ambas aprendimos podamos aplicarlo en nuestra relación presente y futura!
Así que, a mí la película me encantó, y mi hija quiere verla otra vez. Sería interesante que más adelante Pixar desarrollara una segunda parte, donde la Princesa rebelde, ahora sí, quiera elegir un príncipe, bien aconsejada y apoyada por su Madre.
¿Mi consejo para ustedes?: Si eres madre de una hija preadolescente o adolescente, ¡corre a ver "Valiente" con ella en una tarde "sólo para niñas"! Deja a los niños en casa con papá, vayan solas al cine, y luego llévala a tomar una nieve para platicar. ¡Será mucho muy divertido, muy productivo y las acercará para entenderse mejor!
Esta es mi opinión. Me encantaría saber la tuya luego de ver la película. Deja tus comentarios.