Estoy llegando a la edad dorada.
Y aunque podría lamentarlo, asustarme u ocultarlo, la verdad es que tengo un
buen sentimiento al respecto. Me puse a pensar y creo que tengo muchas razones
para estar completamente feliz de alcanzar las cinco décadas.
1) Simplemente
llegar.- Varios compañeros en el viaje de la vida, conocidos, familiares,
compañeros, amigos, se quedaron en el camino. Murieron jóvenes por distintas
razones. Y estoy más que segura que les hubiera encantado celebrar este
cumpleaños. Agradezco entonces estar todavía vivita y coleando, habiendo
superado un par de veces el peligro de colgar los tenis. Además, luego de dos
años con una pandemia mundial que me enfermó pero no me llevó, me siento más
que satisfecha.
2) Forever
Young…er.- Toda la vida he sido la más joven de mi familia, de mi grupo de
compañeras y amigas. Así que puedo celebrar con gusto sin temor a que alguien quiera
hacerme sentir “vieja” porque la mayoría de las personas importantes para mi, son más “grandes”
que yo. Además, me tranquiliza que soy más joven que Thalía, Lucero, Salma
Hayek y las Flans.
3) En
mi punto.- Luego de 5 décadas en este
planeta, la madurez es lo mínimo que se puede esperar. Mi proceso de
pensamiento se ha perfeccionado y tomo mejores decisiones para mí. Además,
muchas, pero de verdad muchas cosas que antes me importaban y me angustiaban,
ya no lo hacen.
4) Genio
y figura.- Mi personalidad se ha refinado ¡y me encanta! Sé que no soy
perfecta, pero soy yo. No intento ya cambiar o adaptarme para agradarle a
alguien más. Mis defectos y virtudes son los elementos que me hacen ser yo
misma, y ya no me disculpo por ello. No me comparo con nadie, respeto y acepto
las diferencias en personalidad e idiosincrasias. ¿No le gusto o no le caigo
bien a alguien? Qué peeeena! Sorry! Bye.
5) Eternamente
bella.- Me gusto y me acepto en cuestión física. Sé que no soy muy hermosa ni
tengo el cutis o la condición física de las estrellas de Hollywood de mi edad,
pero la diferencia es el presupuesto y el tiempo dedicado al cuidado. Considerando mis
circunstancias, me siento muy contenta de cómo estoy en este momento y valoro
principalmente mi salud. Hago votos para cuidarme lo mejor que pueda de ahora
en adelante, pero sin riesgos. No me arriesgaría a operaciones estéticas ni a
hábitos peligrosos. Ya conozco la fragilidad de la salud y la vida.
6) Amiga
date cuenta.- Las relaciones familiares y de amistad están más escogidas y son
más significativas. Son las que están, y están las que son. Me considero noble
y empática, pero pongo distancia sin remordimiento con gente que no lo valora o
no me aporta nada. Y por el otro lado, ya no me importa si no me aceptan en un
grupo o no me invitan a alguna reunión o evento. ¿No me quieres cerca? Tu
pérdida.
7) Más
sabe el diablo.- A esta edad, yo ya sé. Ya sé cómo funciona el mundo a mi
alrededor y puedo andar como pez en el agua. Sé lo que funciona y no funciona
en la vida, en los aspectos social, laboral, administrativo, de pareja, de
familia, etc. Ya es difícil que me agarren en curva. Mi colmillo está
plenamente desarrollado. ¡Ah! Y puedo dar consejos con conocimiento de causa. Si
me escuchan o me hacen caso, o no, ya depende de cada quien.
8) My way or the highway.- Derivado del punto anterior, en este momento de mi vida, hago lo que considero correcto y lo hago a mi manera. Con las necesarias negociaciones con las demás personas buscando el bien común, pero normalmente me salgo con la mía. Y si no, no obligaré a nadie. No discutiré. Ya se verán las consecuencias.
9) Sí
soy una Señora.- Aunque algunas mujeres se sienten ofendidas o insultadas
cuando les dicen “señora”, yo no. Para mí es como un grado militar obtenido con
esfuerzo; como un título nobiliario otorgado por méritos. Y es que luego de 50
vueltas al sol, de haber criado a mis hijos, de mantener un matrimonio, de
llevar un hogar, de haber ejercido dos profesiones, creo que me lo he ganado.
No solo no me ofende el trato de “señora”, lo espero. Por el contrario, me parece
irrespetuoso que un mocoso veinteañero imberbe trate de hacerse el simpático
tuteándome. No mi rey, hay niveles y yo voy en el quinto.
10) Camino
al andar.- Caminar por este planeta
durante 18,262 días me han traído hasta donde estoy ahora. Mirando hacia atrás,
puedo ver claramente todas las “dioscidencias” que ha habido en mi camino. Me
siento privilegiada, cuidada, amada por quien me puso aquí. Aunque mi historia de
vida no es perfecta y he pasado momentos muy malos, estoy enormemente
agradecida por ella.
11) A
toda Madre.- Sí, a toda madre le enamoran sus hijos. Yo estoy contenta de haber
sido madre al inicio de mis 30’s, de manera que ahorita ya estoy disfrutando de
la primera juventud de mis hijos. Su infancia fue hermosa. Sobrevivimos su
adolescencia. Ahora disfrutaré de una relación increíble con un par de jóvenes
adultos guapos, inteligentes, comprometidos, nobles. Agradezco que a pesar de
mis fallas en el ejercicio de la maternidad, ellos son maravillosos seres
humanos y se están convirtiendo en personas mucho mejores que yo.
12) Es la Historia de un Amor.- Tengo la enorme fortuna de haber elegido bien a quién me aguantaría el resto de la vida. Vivo, duermo y hago el amor con el mismo hombre desde hace más de dos
décadas. Nuestro matrimonio es lo que considero más valioso en este momento de mi vida. No ha sido fácil. Hemos pasado por mucho. Salud, enfermedad. Próspero y adverso. Y aquí seguimos. Ya nos conocemos demasiado bien y hemos elegido continuar con nuestra unión a pesar de todo. Amar a un buen hombre y sentirme amada por él, le da sentido a mi vida.
13) Lo
mejor está por llegar.- Cada etapa de la vida es hermosa. Llegando a este medio siglo miro hacia atrás agradecida y hacia adelante con emoción. Están por llegar las graduaciones profesionales de nuestros hijos. Sus primeros trabajos, sus noviazgos, sus aventuras, sus éxitos. ¿Bodas, quizá? Espero estar ahí para ver todo. En unos cuantos años es muy posible que nos quedemos solos en casa mi esposo y yo. En menos de lo que pensamos tendremos edad para retirarnos de trabajar. ¿Qué planes o proyectos tendremos? ¿Llegarán los nietos? Todavía hay mucha vida que quiero vivir. La espero con alegría.
14) NO FATE.- No sé qué me depare el futuro. No sé cuánto tiempo más tengo. Pudieran pedirme que regrese el equipo antes de mi siguiente cumpleaños, o quizá dentro de otros 50 años esté celebrando con bisnietos mi centenario. La incertidumbre no me angustia, me emociona. Es como estar invitada como protagonista a una obra de teatro sin guion. Para improvisar y sacar lo mejor de cada momento. Así vivo cada día. No siempre logro que sea bueno, pero lo intento y seguiré intentando mientras esté sobre el escenario. Cuando se cierre el telón y tenga que ir “más allá”, lo aceptaré sabiendo que di mi mayor esfuerzo, sin guardarme nada. Ese paso tampoco me atemoriza. Sé que es inevitable y tarde o temprano llegará. Estaré lista. Agradecida. Esperando haber dejado buenos recuerdos en quien me haya amado.
Y entonces, iniciaré una nueva aventura…