"Lo preocupante no es la perversidad de los malvados, sino la indiferencia de los buenos". - Martin Luther King.
"Los Buenos somos mas"... Esa frase se ha repetido hasta el cansancio cuando se trata de tener una esperanza, un consuelo ante la situación tan espantosa que esta viviendo nuestro país. Y, por supuesto, quienes la decimos, nos contamos en el bando de "los buenos". Pero entonces, ¿Quienes son "los malos"?
Obviamente los desalmados asesinos y secuestradores, que, cuerno de chivo en mano, nos han alejado de la tranquilidad a base de balazos y manchas de sangre. Esos que, lejos de conformarse con matar, ahora torturan, decapitan y descuartizan. Esos son los malos.
¿Quién mas podrá estar en el bando de los malos? Los políticos, que muchos los ven como cómplices de los asesinos, al otorgarles protección, y que en lugar de ver por el bien de la sociedad, se dedican a derrochar el dinero público en negocios que los favorecen a ellos o a sus familiares y amigos. Los legisladores también se están convirtiendo en los villanos favoritos por tener sueldos altísimos sin de veras trabajar para ganárselos, gozar de prestaciones imposibles para un trabajador normal y, todavía, restregándolo en nuestra cara al hacer viajecitos a las Vegas en días laborables y, cuando los cachan, justificarse diciendo "se me hizo fácil".
Si, todos estaríamos de acuerdo en que estos personajes definitivamente están entre "los malos". Pero... Nada más? Reflexionando, me pregunto, ¿Todos los demás somos "buenos"? Se me hace que delincuentes y políticos son sólo la punta visible del iceberg, y que "debajo del agua" hay una enorme base de "malos" que sostiene a esta cúspide...
¿Quienes? ¡Todos y cada uno de nosotros mexicanos!! Ah caray! Dirán ustedes que ahora sí ya me pasé. "Yo no mato, no soy delincuente y me levanto todos los días a trabajar, ¡Yo soy de los buenos!
Ajá, sí. ¿Nunca has... dado una "mordida"? ¿Te has pasado un alto? ¿Comprar la película o CD pirata? ¿Tirar basura en la calle? ¿manejar el auto tan a la ofensiva como se pueda? ¿buscar al "primo de un amigo" que "por una corta" te ayuda a agilizar un trámite? ¿estacionarte "5 minutos" en lugar prohibido? ¿Faltar a trabajar por la cruda? ¿no pagar sueldo justo a tu empleado? ¿mentir para salir de un apuro? ¿Culpar a otro de tus fallas? ¿Quedarte con el cambio que te dieron de más? ¿Ponerle el cuerno a la esposa/esposo? ¿Apartar con un bote un lugar para estacionarte? ¿Hacer como que trabajas, porque ellos hacen como que te pagan? Etc., etc., etc. Y el que esté libre, que lanze la primera piedra...
¡Fallas menores! -podrán alegar. ¡Todo el mundo lo hace! Replicarán. ¡No se compara con matar a alguien!, podrán argumentar. Y es cierto. Pero ese es el principio, esas fallas menores que todo el mundo hace. Los grandes delincuentes y los políticos cínicos comenzaron con estas fallas menores. Pérdida de valores de a poquito en poquito, que, ante la indiferencia de los demás, y ausencia de consecuencias, ha llegado a donde están ahora, donde no hay ningún tipo de ética, valores y mucho menos ley que respetar. Donde no existe nada más aparte de MI voluntad, de MIS deseos, de MIS negocios, MI bienestar... y aguas a quien se interponga.
Desde mi punto de vista, ese es el grave, enorme problema del país: que nos enfocamos en la punta del iceberg, lo que sobresale, y entonces culpamos al gobierno, a los narcotraficantes, a los políticos, a quien sea que entre en la categoría de "los demás", pero no queremos darnos cuenta del ENORME fondo del iceberg, la base que sostiene esos delitos mayores y de la que cada uno de nosotros formamos parte: la corrupción, la flojera, la agresividad, el valemadrismo, la indiferencia, el egoísmo de cada uno de nosotros que conformamos esta sociedad que, se supone, es la víctima de la situación. Esta sociedad que mira indiferente, con indulgencia, o incluso con admiración, a los "vivos" que sin ética ni valores se las ingenian para salir airosos de cualquier situación; que mucho critica a los políticos, pero suspira por un "hueso", no para estar en posición de solucionar algo, sino para sacar provecho propio. Es la misma sociedad que desprecia por "débiles" a quienes tienen moral y no quiere participar en "lo que todo el mundo hace"; que se burla de la gente que se prepara y se esfuerza para lograr algo que, otros, "más vivos", alcanzan con palancas o con dinero.
Esa sociedad que aún se considera infante, que no quiere responsabilidad alguna, que quiere que "alguien" venga a resolver los problemas, pero que no se moverá un centímetro de su zona de confort, rezando para que no llegue el día en que alguien lo mueva, o sea absolutamente necesario despertar y movilizarse. ¿Cuándo será? ¿Cuando sean 60, 90, 100 mil muertos? ¿Cuando los políticos nos roben cuánto? Nos limitamos a mover la cabeza diciendo "qué desgraciados! a dónde vamos a llegar?!" pero seguimos sin hacer nada más que quejarnos, o, indiferentes, hasta nos reímos diciendo: "¡Viva México!" que significa que nuestro país nos da tanta libertad que se pueden hacer esas barrabasadas sin consecuencias. (¡Qué vergüenza!)
Estamos como el cuento de la rana hervida, que inició bañándose en una cómoda agua tibia, y nunca se dió cuenta de cuándo empezó a hervir. Comenzamos tolerando y participando en las "fallas menores" porque "todo el mundo lo hace", "nomás poquito", o porque "lo hacen los demás", o "no me afecta", "es en otras ciudades"... y estamos muy sorprendidos de que estemos terminando con robos y extorsiones de parte de los políticos, balaceras en vía pública, incendios en centros de entretenimiento y cadáveres decapitados lanzados en nuestras avenidas.
De cualquier manera, creo firmemente que, ante cualquier problema, buscar culpables es ocioso. Debemos buscar soluciones. Proponer, pero hablando en primera persona. Asumir responsabilidades. Votar reflexiva e inteligentemente, y exigir rendición de cuentas a los servidores públicos elegidos. Participar. Vencer el miedo. Señalar y aplicar consecuencias a quien actúe incorrectamente. Hacerles saber que la tolerancia y la indiferencia son cosas del pasado. Que lo que hacen ESTÁ MAL. Pero sobre todo, desmarcarnos de formar parte del fondo del iceberg que está sosteniendo a la maldad que sobresale en la situación del país. ¿Cómo? Cambiando de actitud y enseñando a nuestros hijos a actuar honrada y rectamente en cualquier circunstancia, aunque nadie nos vea, aunque no sea en beneficio propio, aunque sea algo muy sencillo, aunque sea más engorroso, aunque los demás lo hagan por el atajo de siempre. Actuar así, simplemente porque ES LO CORRECTO.
¿Los buenos somos más? ¡Demostrémoslo! Es nuestra única esperanza.
"El que es fiel en lo pequeño, será fiel en lo grande".
(Lucas 16, 10)
No hay comentarios:
Publicar un comentario