miércoles, 21 de diciembre de 2011

Consejos de una Viejecita... bien viva!

Recibí esta historia vía correo electrónico y me pareció muy buena. No estoy segura de que sean verdad los datos biográficos o la foto, pero es muy rescatable todo el texto. Lo pongo íntegro, con todo y el "florido" lenguaje, para que el mensaje llegue mejor! ;)

Doña Carmencita Montaño de de la Torre, es una señora muy particular, tiene 89 años, más los “N” que siempre se quitó, o sea que ya está rayando en el centenario. Activa, autosuficiente aún, sobretodo, muy, muy lúcida. Dice que le ayuda que todos los días se toma un vaso de tequila, o de cerveza. Ella radica en Saltillo, Coahuila en el meritito centro. Y un día, escuchando a su nieta comentar lo mal que estaban las cosas en su vida, en su trabajo, con su matrimonio, en el mundo, etc. etc. se acercó a ella y le dijo: "Mira mija, pa´que dejes de andar quejándote, te voy a dar unas cuantas sugerencias pa' que vivas bien, y no nomás sobrevivas... ¡Mírame a mí, estoy en la flor de la vida y me sigo riendo !


1.- Agradece por todo

No te quejes, a nadie le gustan los quejosos. Dale gracias a Dios que estás, que sigues, y que vives. Nomás piensa que a otra bola de pendejas ya se las llevó la chingada. No te la pases quejando: “¡¡Aaayyy si hubiera..!!, ¡¡Aaayyyy si yo tuviera…!! ¡¡Aaayy, porqué yo no y otros sí…!, ¡¡Cuánto sacrificio hago!!”
No, mijita, altas y bajas siempre han habido y siempre habrán. La vida es así, sino ¿qué chiste tendría?

2.- Cuando puedas comer... come,
cuando puedas dormir... duerme,
cuando puedas disfrutar... disfruta,
cuando puedas trabajar ....trabaja,
Porque puedes, hazlo.
Échate unos traguitos, juega con los hijos, haz el amor o ponte a chiflar o a cantar en la regadera, o lo que quieras. Da gracias a Dios porque PUEDES.

3.- Si en la noche no puedes dormir,
Si estás vuelta y vuelta en la cama, ¡Pos' párate y ponte a hacer algo! Arregla un cajón, plancha tu blusa pa’ mañana, ponte a leer, porque si te quedas acostada con los ojos pelones vas pensar puras tarugadas… Y lo pior es que te paras y las haces... Sí ya de por sí......

4.- Los problemas grandototes, esos que son del mundo,
y que se oyen en la televisión: que sí se está calentando el planeta, que sí a tal país ya se le llevaron los dineros, que si los narcos, que si los políticos.....¿esos mija?, ¡Mándalos al carajo! ¡No los vas a arreglar tú!
Luego ni les entiendes, no te hagas pendeja. Deja que los que pueden, los arreglen. Pero tú ocúpate de los que son más chiquitos y están más cerquita, esos que sí están en tus manos. ¡Desapendéjate! ¡Aunque sea a ratos! Atiende esos problemas. Los demás, ¡a chingar a su madre!


5.- Si te dan... ¡Agarra!.
Agárralo, aprovéchalo, así sea un beso o una pendejadita, porque uno vive pensando que las cosas las genera uno, pero no sabes de qué forma te llegan. Así que, ¡tú agarra y no te apendejes!

6.- ¡Ahhh! pero eso sí: ¡No agarres lo que no es tuyo!
Ni la bicicleta, ni el kleenex, ni la bolsa, ni la moneda, ¡ni un dulce! Mucho menos al marido o amante de otra. Lo ajeno, ¡respétalo! es de otra. Cada quien tiene lo suyo, lo que se gana y lo que se merece!

7.- Lo que hagas, hazlo con ganas
Come con ganas, aunque sea un taco. Ríe con ganas, aunque sea de una pendejada. Haz el amor con ganas, si hacerlo con amor es mucho pedir. Llora con ganas, moqueando y todo. Ayuda, con ganas de deveras ayudar. Haz todo con muchas ganas y mucho gusto. Y hazlo bien hecho o no lo hagas, y déjate de pendejadas, olvídate de las envidias. ¿Tú? ¡A lo tuyo! porque no sabes cuándo vas a valer madres...

8.- Cuídate de las cabronas y aléjate de las pendejas.
Fíjate bien como son porque ¡¡hay un chingo!!, conócelas y nunca seas como ellas. Ayuda y escucha a tus amigas; no hables mal de la gente, ni siquiera de las cabronas ni de las pendejas. Sé orgullosa, pero no seas arrogante ni prepotente. Sé humilde, no agachada; sé valiente, no imprudente. Cuando ganes, sonríe; cuando pierdas, no armes un desmadre, y si te dá la gana, llora.

9.- Nunca te preocupes por lo que no tienes, por lo que no puedes comprar.
Cuántas cabronas que tienen todo el dinero del mundo están enfermas, guardadas en un hospital, o están solas, o en la cárcel, o tienen un marido pendejo que les pone el cuerno o les pega de golpes. O viven en una mentira, en un mundo falso y vacío. No son felices, no saben comunicarse, no tienen una familia como la tuya. Tú tienes algo más valioso que es tu gente y tu salud, ¿Esas? ¡No tienen madre! Valen más que cualquier tarugada que se compre con dinero.

10.- Manda a chingar a su madre a la Muerte
Que sea ella la que se preocupe por no poderte llevar y no seas tú la que se preocupe porque ya te va a llevar!

¿Así? ¿O más claro?

Y por último mijita, si la vida te da limones......¡Tú saca el tequila y la sangrita!
¡Qué limonada ni que la chingada!



martes, 13 de diciembre de 2011

La Rosa y los Niños


"Cuando plantamos una semilla de rosa en la tierra, nos damos cuenta de que es pequeña, pero no la criticamos ni la despreciamos por no tener raíces ni tallo. La tratamos como una semilla, y le proporcionamos el agua y los nutrientes que necesita como semilla.
Cuando recién asoma un brote de la tierra, no lo condenamos como inmaduro o no desarrollado, ni tampoco criticamos los botones por no estar abiertos cuando aparecen.
Nos quedamos maravillados por el proceso que está sucediendo, y le damos a la plantita el cuidado que necesita en cada etapa de su desarrollo.
La rosa es una rosa desde el momento en que es una semilla, hasta que marchita y se seca. Dentro de ella, en todo momento, contiene todo su potencial.
Parece estar constantemente en un proceso de cambio, sin embargo, en cada estado, en cada momento, está perfectamente bien como está.
Una flor no es mejor cuando florece que cuando es aún simplemente un brote. En cada etapa es lo mismo: una flor en el proceso de expresar su potencial". 

W. Gallway Timoteo (Traducción libre mía)

Este texto me llegó en un momento en que la responsabilidad como mamá me está agobiando. Mis dudas acerca del correcto desarrollo de mis niños, sobre todo del más pequeño, me han tenido preocupada desde hace algún tiempo. Gracias a Dios mis niños están completos y sanos dentro de lo que cabe. No tengo que enfrentarme a alguna situación de discapacidad u otros problemas graves. (Deveras que Dios no le da a uno más de lo que puede cargar) Sin embargo, sí es necesario un trabajo especial con el niño. Pero tengo muchas dudas. Mi inseguridad se traduce en impaciencia, y las comparaciones con el desarrollo de otros niños no me alientan mucho.
Frecuentemente digo: "Yo quisiera que mi hijo (......)" (pon ahí cualquier sueño materno para un niño de 6 años de edad). Pero, por un lado me siento culpable por tener expectativas diferentes a lo que él es en realidad; y por otro lado, me pregunto si le estoy dando la ayuda adecuada y suficiente para que se desarrolle bien.

Este texto me tranquiliza un poco. Obvio, su papá y yo somos responsables del desarrollo de los niños, y les proporcionamos lo que necesitan, les cuidamos del sol, los abonamos, y sí, les "arrimamos tierrita" cuando hace falta... pero a fin de cuentas ellos, dentro de sí mismos, tienen todo el potencial para ser... lo que deben de ser.

Mientras tanto, "en cada estado, en cada momento, están perfectamente bien como están".

Esto me recuerda que mi labor como mamá no es urgir o forzar su desarrollo. Es estar cerca, observando. Intervenir cuando sea necesario, pero principalmente disfrutar de la maravilla del proceso. Confiar en el Jardinero Divino. Estar seguros en que les estamos dando buenos nutrientes físicos, emocionales y espirituales, saber que están en una maceta adecuada, y el clima es propicio,  pero sobre todo, confiar en que la semilla es buena, y que del rosal sale la rosa.
Al tiempo.

Nomás necesito paciencia y sabiduría (¿dónde las venderán?).