El diario de una mujer que cayó en la cuenta de que no es -ni será nunca- una princesa.
jueves, 10 de mayo de 2012
Antes de ser MAMÁ
Antes de ser Mamá...
:(
Yo comía tranquilamente, ocupando un lugar en la mesa, sin que se me enfriara la comida.
Mi ropa lucía compuesta y limpia todo el día, sin arrugas ni manchas de dulce.
Una importante proporción de mi presupuesto iba hacia mi arreglo personal. Nunca se me pasaba la fecha del tinte, mi pelo lucía un corte a la moda y mis uñas estaban muy bien cuidadas.
Podía mantener una larga conversación sobre muchos temas, sin que vinieran al caso temas relacionados con niños.
Podía dormir toda la noche, o los fines de semana dormirme tarde y despertarme después del mediodía. Jamás me preocupaban las desveladas, y por supuesto nunca se me cerraban los ojos de cansancio a las 9:00 de la noche.
En mi bolsa había cosméticos, cepillos, etc., y nunca tuve que regresar corriendo por no traer un paquete de toallitas húmedas.
Podía ir de compras y tardarme todo lo que quisiera. No me preocupaba de llevar agua embotellada ni de ubicar los baños para alguna emergencia, ni me preocupaba de buscar debajo de las perchas de ropa a alguien que se me escondía.
Mi casa estaba limpia y en orden. No tenía que brincar juguetes, ni limpiar comida del piso o huellas de deditos en los vidrios, ni encontraba chiclosos en los muebles.
Me sentía segura cuidando de mí misma y no tomaba de la mano fuertemente a nadie.
No me preocupaba de lo peligroso de las escaleras o los contactos eléctricos.
No consideraba en mi agenda visitas mensuales a los médicos, jamás me había pasado por la mente la palabra "vacuna", y tampoco nunca pensé que iba a sentir tanto dolor de corazón al detener unas piernitas para que recibieran una inyección.
Jamás me había preocupado por el extreñimiento de alguien más, ni me imaginaba que sentiría tanto alivio al ver un pañal sucio.
Nunca supe que el corazón se puede romper en un millón de pedazos por la impotencia de no poder eliminar el dolor o bajar la fiebre de un niño.
No sentía un hueco en el estómago al escuchar alguna noticia sobre niños enfermos o heridos.
Pero tampoco...
Antes de ser Mamá...
:)
No me imaginaba que algo tan pequeño iba a cambiar radicalmente mi vida.
No imaginaba lo grande y maravilloso que es ver nacer a una personita de tu cuerpo.
No conocía la felicidad total de esa primera mirada, de esas primeras caricias.
No sabía que la eternidad se abre ante tí cuando miras durante horas la inocencia durmiendo en una cuna
Yo no conocía el sentimiento que provoca tener el corazón fuera del cuerpo y oir sus latidos.
No sabía qué tan especial me sentiría al alimentar a un bebé hambriento, ni sabía de la cercanía inmensa entre una madre y su hijo.
No me imaginaba tanta calidez, tanta dulzura, tanto amor. No sabía que yo fuera capaz de sentir tanto!
Nunca me imaginé que mi felicidad iba a depender de una sonrisita, de un apretón de un pequeño puño, de las palabras "te quiero" dichas en la más sincera vocecita que escucharé jamás.
No me imaginaba la enorme satisfacción que se siente al ver encenderse una luz en los ojos de un niño cuando entiende algo que tú le has explicado.
No dimensionaba el significado de la frase: "una madre da la vida por sus hijos". Ahora sé que yo estaría dispuesta a luchar contra quien sea, con uñas y dientes, hasta mi último aliento, si estuviese en riesgo su tranquilidad, su seguridad o su felicidad.
Pero también ahora deseo más cuidar mi cuerpo, mi salud, porque anhelo vivir más tiempo. No para cumplir mis sueños, sino para poder ver a mis hijos realizar los suyos.
Hoy no imagino mi vida sin esas sonrisas, sin esas huellas de chocolate en la pared, sin ese olor mezcla de sudorcito de mil juegos, chicle y shampoo de cereza que aspiro al besar su cabecita mientras duermen; sin escuchar de unos pequeños labios la palabra breve e inmensa a la vez: MAMÁ
(Adaptación propia de un texto que encontré en internet y del que desconozco el autor)
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martes, 8 de mayo de 2012
Los Niños son Pretextos de las Mamás...
He escuchado que dicen que las mamás de niños de Primaria los usamos como "pretextos" para no hacer otras cosas, para evitar compromisos o sacarle a otras responsabilidades.
Curiosamente, esas opiniones vienen de personas que a) No tienen hijos, b) Los tienen pero siempre los han puesto al cuidado de alguien más, ó c) sus hijos son adolescentes o jovencitos, y con la "choca" de sus niños crecidos ya se les olvidó las necesidades que tienen los pequeños...
Yo fui una madre que trabajó en turno completo, dejando a los niños en muy buenas manos, pero que no eran las mías. Llegaba por ellos muchas veces después de las 8 pm; sólo para bañarlos y acostarlos. Añoraba pasar tiempo con ellos. Ahora, que mi horario me permite pasar la tarde atendiéndolos, añoro pasar tiempo... SIN ellos... Jajaja!
Y es que para una mamá de niños de primaria, son ELLOS la prioridad. A diferencia de los bebés o parvulitos, que con dormirlos o meterlos al corralito uno puede continuar con la vida; o de los adolescentes que nos regresan la libertad porque ya no quieren ni vernos; los niños de primaria nos atan a ellos. Ya no toman siestas ni podemos contenerlos en un pequeño y seguro espacio entretenidos con cualquier cosa, y, por otra parte, sería muy irresponsable dejarlos moverse solos como se hace con los adolescentes. Los niños de primaria requieren constante supervisión y ayuda. Están probando sus límites y debemos estar ahí para indicárselos. Llevamos el volante, pero ellos marcan el rumbo y serán lo primero (y muchas veces lo único) a considerar para establecer el uso que se hará de todos los recursos, desde lo material y económico, hasta el tiempo disponible luego de la jornada laboral.
Las tardes se hacen pequeñitas entre los tiempos de traslado hacia y desde el colegio, ayudarles a las tareas, llevarlos y traerlos de las clases especiales de deportes, catecismo, etc., hacer visitas a pediatras (y ni hablar cuando requieren un seguimiento especial, como es mi caso), ir a la papelería por la cinta o la cartulina, hacer el proyecto de ciencias o de artísticas, jugar con ellos (porque todavía desean que mamá se siente a tomar el té con las muñecas, o se tire al piso a jugar carritos), bañarlos, lavar los cerros de ropa que salen a diario, hacerles y darles de comer y de cenar, y dejarlos listos para que no se les pase la hora de dormir... Además de los quehaceres básicos de la casa... La jornada laboral con el rol de mamá-niñera se termina a las 10 pm. ¿Ya qué se puede hacer a esa hora?
Cuando dejé de trabajar por las tardes, fantasee un poco con seguir estudiando, hacer una maestría, mejorar mi inglés o tomar clases de música o pintura. ¿Que si podría hacerlo? ¡Claro que podría! Pero a costa del tiempo con mis hijos. No puedo ser tan egoísta. No ahorita. Si Dios me presta vida, eso lo puedo hacer más adelante. La infancia de mis hijos será sólo una vez, y gracias a Dios, por el tipo de trabajo que tengo, poseo la enorme oportunidad de estar en primera fila para verla y participar de ella. NADA se compara con eso.
Me quedan apenas poco más de dos años con la niña, y cinco con el niño para disfrutarla... Luego tendré que enfrentarme con dos adolescentes de la segunda década del siglo XXI... ¡Glup! A ver cómo me va.. :S Mientras tanto, sí, quiero disfrutar al máximo su infancia. Sé que estos años se pasarán demasiado rápido. Quiero dejarles lindos recuerdos de esta etapa. Ellos no se acordarán y mucho menos valorarán si yo obtengo otro idioma o título, o si la ropa estaba planchada y la casa trapeada.. En cambio, creo que recordarán con cariño que los llevé a andar en bici, o que jugué futbol con ellos en la cochera, o que repasamos inglés juntos, que los llevé a sus clases de karate, o los ayudé en ese proyecto de ciencias.
¿Que existen otros compromisos, otras responsabilidades?
Sí, pero van en segundo plano. Ahorita mi prioridad son mis hijos. Lo demás lo atiendo en función de ellos.
¿Que son puros pretextos?
Sí, son mis pretextos...
Mis pretextos para VIVIR.
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