Hace un par de días, íbamos en la camioneta con los niños pasando por una zona con muchos camiones en el tráfico que generaban mucho humo, y las banquetas lucían sucias llenas de basura y las paredes adornadas con espantoso grafitti. Se lo comenté a mi esposo.
Dany escuchó, y se le ocurrió decir:
-"Cuando yo sea grande, el mundo estará muy limpio, sin contaminación, y viviremos en edificios dorados y brillantes".- Lo dijo con toda la inocencia de sus 7 años.
- "Uuh... pues pídeselo a Josefina", intervino Andrea, de casi 10 años, en tono de burla hacia su hermano.
(Nota: mis niños ya decidieron apoyar a Josefina hacia la presidencia de la República. A tres días de la elección yo aún no estoy segura... pero eso es otro tema)
- "¡Claro que no!"-contestó él, "¡se lo pediré a Jesús!"
No pude evitar reirme, pero rápidamente aproveché la ocasión y les dije:
-"Pues fíjense que no. Ni Josefina (el gobierno), ni Jesús (Dios) les va a conceder eso.
-Ambos se quedaron callados y me miraron sorprendidos.
-"El problema del país, y del mundo, es que siempre queremos que "alguien más" haga las cosas. Que los problemas los resuelvan otros o se resuelvan solos o por arte de magia o milagro. Si quieren que algo suceda, lo tienen que construir ustedes. Lo tenemos que construir entre todos."
-"Huy mami, -dijo Andrea- pero eso es muy difícil"
- Claro que no! -Le contesté. Todos podemos participar y lograrlo... ¿Qué les parece si empiezan por su cuarto? ¿Cuántas veces tengo que decirles que recojan su ropa y la lleven a la tina de la ropa sucia? ¿No les he dicho que "cuando abran, cierren; si tiran, junten; si sacan guarden, etc.? si empiezan así, podemos tener ordenada y limpia nuestra casa, y luego, unirnos con los vecinos para tener limpia la cuadra, la manzana, la colonia y toda la ciudad!, , Pero es participando todos, esforzándonos todos y sabiendo que cada pequeña cosa que se haga, cuenta al final.
- ¡Y entonces podríamos tener limpio todo el mundo! -gritó Andy con entusiasmo.
- Así es. Recuerden: lo principal es que no deben de esperar a que alguien les venga a dar las cosas que desean, sino que se pongan a trabajar para lograrlo con su esfuerzo.
- "Así podemos ser más felices, ¿verdad mami?"- Concluyó Dany
- Así es, hijito.
Me sentí orgullosa de que ellos capten el mensaje. Ojalá puedan aplicarlo siempre en su vida...
También me sentí orgullosa de mí misma de aprovechar este momento para educar a mis niños para que no sean acarreados de nada ni de nadie.
¡Ni siquiera de la Religión!
"A Dios rogando, y con el mazo dando"...
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