domingo, 5 de junio de 2011

La importancia de llamarse...

"Lo que llamamos "Rosa" exhalaría el mismo grato perfume aún cuando de otra forma se llamase"
William Shakespeare.- Romeo y Julieta

Cada cosa en la vida tiene que tener una palabra para designarla, llamarla o evocarla. La designación del nombre en los humanos es un momento trascendente, porque, salvo algunos casos, ese nombre se conserva durante toda la vida y se convierte en la referencia para la esencia de esa persona.

Para esta muy importante decisión, anteriormente se recurría al santoral, que era una auténtica ruleta donde muchos perdían. No era raro que a pregunta expresa de un lloroso niño, la excusa de la madre era: "Es que naciste el día de San Herculano". Cómo olvidar también el clásico nombre "Aniv De la Rev" de los que nacían el 20 de Noviembre.
Se supone que esos sacrificos de nomenclatura, generadores de burlas y lástimas, eran con el fin de honrar a los santos y consagrarles a los bebés para que quedaran bajo su protección el resto de su vida. Si esto siguiera así, ahora resulta que los padres "encargamos" a los bebés a los artistas de moda, deportistas y personajes de novelas.

Eso me recuerda al sacerdote de la iglesia de mi infancia, (otra vez voy a hacer referencia a un sacerdote... van a pensar que soy cucarachita de iglesia! Jajaja), que por cierto, se llamaba Loreto, era muy estricto y se tomaba muy en serio lo de los nombres. ¡Pobre de quien le tocara que le bautizara a sus hijos! En plena ceremonia, cuando ya traía en la mano la conchita llena de agua bendita, preguntaba: "¿Qué nombre le van a poner?" Y si le contestaban con algún apelativo que él considerara demasiado exótico (que en aquel entonces podría ser Karla, Erika o Alan), exclamaba: "¡Ese no es un nombre cristiano! ¡Se llamará María! (O José/Jesús si era niño). Y antes de que nadie pudiera reaccionar, dejaba caer el agua en la cabecita del nuevo cristiano, con el consiguiente berrinche de papás y padrinos, y el desmadre documental para el niño, porque su acta civil de nacimiento quedaba con el nombre elegido por los padres, y su fe de bautismo con el nombre que se le había ocurrido al sacerdote en ese momento.

¿Que pensaría el padre Loreto de la pareja que le puso a su hija "Like" en honor al botón del Facebook? O de mi amigo, que pensaba que le había costado demasiado trabajo estudiar, y para evitarles "tanto sufrimiento" a sus hijos, dijo que les iba a poner como primer nombre un título. Así, desde pequeños, les dirían "Ingeniero Gómez" o "Licenciada Gómez", evitándoles el paso por la universidad... ¿muy listo, no?

Hace algunas semanas atendí a una señora que pedía informes del Colegio donde trabajo. Al pedirle su nombre para el registro de prospectos, me dijo: "Aparecida G....." Yo pensé que me estaba choreando, sobre todo porque su apellido es como el "Fantasmita amistoso" de las caricaturas, o del rey mago que empieza con G, con terminación "ini". No lo pongo completo porque resultó ser cierto. En días pasados fue a hacer los trámites para ingresar a su hija en el colegio. Quedó en el sistema: "Nombre de la Mamá: Aparecida G.....ini". No me quedé con las ganas y le pregunté. Me dijo que era de origen brasileño, pero que le había provocado muchos problemas en México, ya que no la tomaban en serio... ¿No la toman en serio en el país del doble sentido y de los chistes de todo? Que raro! (sarcasmo)

Pero volviendo a la intensión de honrar a santos, abuelos, parientes, artistas o deportistas en los nombres de los niños, recuerdo también que cuando yo trabajaba en las clínicas del IMSS, tenía que llamar por su nombre a las personas que atendería. Muchas veces me encontré con señores y señoras, grandes de edad, con esos nombres de santos "de antes": Pantaleón, Emeterio, Aquilina, Cornelio, Epigmenia, etc. Pero también no faltaron los pequeñitos cuyas mamás eran fans de Beverly Hills 90210 y entonces desfilaban los Brandons, Dillans, Brendas y Kellys. Vaya, ¡hasta un Beckman iba a atenderse al IMSS!
El asunto es que, de acuerdo a sus características físicas, a los señores Emeterios y Epigmenias, les quedaban muy bien sus nombres, cosa que no sucedía con los muy prietitos Brandons y Kellys. Si en esas seguimos, creo que no faltarán pronto los Harry Potters, Wolverines, y pequeñas Lady Gaguitas o hasta Chicharitos!

¿Pero quién soy yo para criticar, si me llamo como las "estrellas juveniles" (de aquel entonces) Claudia Islas y Verónica Castro??

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