Recibí esta historia vía correo electrónico y me pareció muy buena. No estoy segura de que sean verdad los datos biográficos o la foto, pero es muy rescatable todo el texto. Lo pongo íntegro, con todo y el "florido" lenguaje, para que el mensaje llegue mejor! ;)
Doña Carmencita Montaño de de la Torre, es una señora muy particular, tiene 89 años, más los “N” que siempre se quitó, o sea que ya está rayando en el centenario. Activa, autosuficiente aún, sobretodo, muy, muy lúcida. Dice que le ayuda que todos los días se toma un vaso de tequila, o de cerveza. Ella radica en Saltillo, Coahuila en el meritito centro. Y un día, escuchando a su nieta comentar lo mal que estaban las cosas en su vida, en su trabajo, con su matrimonio, en el mundo, etc. etc. se acercó a ella y le dijo: "Mira mija, pa´que dejes de andar quejándote, te voy a dar unas cuantas sugerencias pa' que vivas bien, y no nomás sobrevivas... ¡Mírame a mí, estoy en la flor de la vida y me sigo riendo !
1.- Agradece por todo
No te quejes, a nadie le gustan los quejosos. Dale gracias a Dios que estás, que sigues, y que vives. Nomás piensa que a otra bola de pendejas ya se las llevó la chingada. No te la pases quejando: “¡¡Aaayyy si hubiera..!!, ¡¡Aaayyyy si yo tuviera…!! ¡¡Aaayy, porqué yo no y otros sí…!, ¡¡Cuánto sacrificio hago!!” No, mijita, altas y bajas siempre han habido y siempre habrán. La vida es así, sino ¿qué chiste tendría? 2.- Cuando puedas comer... come, cuando puedas dormir... duerme, cuando puedas disfrutar... disfruta, cuando puedas trabajar ....trabaja, Porque puedes, hazlo. Échate unos traguitos, juega con los hijos, haz el amor o ponte a chiflar o a cantar en la regadera, o lo que quieras. Da gracias a Dios porque PUEDES. 3.- Si en la noche no puedes dormir, Si estás vuelta y vuelta en la cama, ¡Pos' párate y ponte a hacer algo! Arregla un cajón, plancha tu blusa pa’ mañana, ponte a leer, porque si te quedas acostada con los ojos pelones vas pensar puras tarugadas… Y lo pior es que te paras y las haces... Sí ya de por sí...... 4.- Los problemas grandototes, esos que son del mundo, y que se oyen en la televisión: que sí se está calentando el planeta, que sí a tal país ya se le llevaron los dineros, que si los narcos, que si los políticos.....¿esos mija?, ¡Mándalos al carajo! ¡No los vas a arreglar tú! Luego ni les entiendes, no te hagas pendeja. Deja que los que pueden, los arreglen. Pero tú ocúpate de los que son más chiquitos y están más cerquita, esos que sí están en tus manos. ¡Desapendéjate! ¡Aunque sea a ratos! Atiende esos problemas. Los demás, ¡a chingar a su madre!
5.- Si te dan... ¡Agarra!. Agárralo, aprovéchalo, así sea un beso o una pendejadita, porque uno vive pensando que las cosas las genera uno, pero no sabes de qué forma te llegan. Así que, ¡tú agarra y no te apendejes!
6.- ¡Ahhh! pero eso sí: ¡No agarres lo que no es tuyo! Ni la bicicleta, ni el kleenex, ni la bolsa, ni la moneda, ¡ni un dulce! Mucho menos al marido o amante de otra. Lo ajeno, ¡respétalo! es de otra. Cada quien tiene lo suyo, lo que se gana y lo que se merece! 7.- Lo que hagas, hazlo con ganas Come con ganas, aunque sea un taco. Ríe con ganas, aunque sea de una pendejada. Haz el amor con ganas, si hacerlo con amor es mucho pedir. Llora con ganas, moqueando y todo. Ayuda, con ganas de deveras ayudar. Haz todo con muchas ganas y mucho gusto. Y hazlo bien hecho o no lo hagas, y déjate de pendejadas, olvídate de las envidias. ¿Tú? ¡A lo tuyo! porque no sabes cuándo vas a valer madres... 8.- Cuídate de las cabronas y aléjate de las pendejas. Fíjate bien como son porque ¡¡hay un chingo!!, conócelas y nunca seas como ellas. Ayuda y escucha a tus amigas; no hables mal de la gente, ni siquiera de las cabronas ni de las pendejas. Sé orgullosa, pero no seas arrogante ni prepotente. Sé humilde, no agachada; sé valiente, no imprudente. Cuando ganes, sonríe; cuando pierdas, no armes un desmadre, y si te dá la gana, llora. 9.- Nunca te preocupes por lo que no tienes, por lo que no puedes comprar. Cuántas cabronas que tienen todo el dinero del mundo están enfermas, guardadas en un hospital, o están solas, o en la cárcel, o tienen un marido pendejo que les pone el cuerno o les pega de golpes. O viven en una mentira, en un mundo falso y vacío. No son felices, no saben comunicarse, no tienen una familia como la tuya. Tú tienes algo más valioso que es tu gente y tu salud, ¿Esas? ¡No tienen madre! Valen más que cualquier tarugada que se compre con dinero. 10.- Manda a chingar a su madre a la Muerte Que sea ella la que se preocupe por no poderte llevar y no seas tú la que se preocupe porque ya te va a llevar! ¿Así? ¿O más claro?
Y por último mijita, si la vida te da limones......¡Tú saca el tequila y la sangrita! ¡Qué limonada ni que la chingada!
"Cuando plantamos una semilla de rosa en la tierra, nos damos cuenta de que es pequeña, pero no la criticamos ni la despreciamos por no tener raíces ni tallo. La tratamos como una semilla, y le proporcionamos el agua y los nutrientes que necesita como semilla. Cuando recién asoma un brote de la tierra, no lo condenamos como inmaduro o no desarrollado, ni tampoco criticamos los botones por no estar abiertos cuando aparecen. Nos quedamos maravillados por el proceso que está sucediendo, y le damos a la plantita el cuidado que necesita en cada etapa de su desarrollo. La rosa es una rosa desde el momento en que es una semilla, hasta que marchita y se seca. Dentro de ella, en todo momento, contiene todo su potencial. Parece estar constantemente en un proceso de cambio, sin embargo, en cada estado, en cada momento, está perfectamente bien como está. Una flor no es mejor cuando florece que cuando es aún simplemente un brote. En cada etapa es lo mismo: una flor en el proceso de expresar su potencial". W. Gallway Timoteo (Traducción libre mía)
Este texto me llegó en un momento en que la responsabilidad como mamá me está agobiando. Mis dudas acerca del correcto desarrollo de mis niños, sobre todo del más pequeño, me han tenido preocupada desde hace algún tiempo. Gracias a Dios mis niños están completos y sanos dentro de lo que cabe. No tengo que enfrentarme a alguna situación de discapacidad u otros problemas graves. (Deveras que Dios no le da a uno más de lo que puede cargar) Sin embargo, sí es necesario un trabajo especial con el niño. Pero tengo muchas dudas. Mi inseguridad se traduce en impaciencia, y las comparaciones con el desarrollo de otros niños no me alientan mucho.
Frecuentemente digo: "Yo quisiera que mi hijo (......)" (pon ahí cualquier sueño materno para un niño de 6 años de edad). Pero, por un lado me siento culpable por tener expectativas diferentes a lo que él es en realidad; y por otro lado, me pregunto si le estoy dando la ayuda adecuada y suficiente para que se desarrolle bien.
Este texto me tranquiliza un poco. Obvio, su papá y yo somos responsables del desarrollo de los niños, y les proporcionamos lo que necesitan, les cuidamos del sol, los abonamos, y sí, les "arrimamos tierrita" cuando hace falta... pero a fin de cuentas ellos, dentro de sí mismos, tienen todo el potencial para ser... lo que deben de ser.
Mientras tanto, "en cada estado, en cada momento, están perfectamente bien como están".
Esto me recuerda que mi labor como mamá no es urgir o forzar su desarrollo. Es estar cerca, observando. Intervenir cuando sea necesario, pero principalmente disfrutar de la maravilla del proceso. Confiar en el Jardinero Divino. Estar seguros en que les estamos dando buenos nutrientes físicos, emocionales y espirituales, saber que están en una maceta adecuada, y el clima es propicio, pero sobre todo, confiar en que la semilla es buena, y que del rosal sale la rosa.
Al tiempo.
Nomás necesito paciencia y sabiduría (¿dónde las venderán?).
13 de Noviembre de 1998. Ese fue mi día de suerte. Aunque luego llegué a la conclusión de que la “suerte” se gestó desde meses y meses atrás, y que Diosito había preparado todo a través de varios mini milagros o dioscidencias, que puedo clasificar en tres: Lugar, Contacto, y Día de Suerte.
LUGAR: Yo había empezado a hacer mi servicio social en la Sría. de Promoción Económica, pero pronto me dí cuenta de que no era lo que yo esperaba. Sin muchas esperanzas (ya que en la Universidad me habían dicho que no habría cambios) me presenté con una persona que quizá podría ayudarme a cambiarme. Esta persona, de forma simple, sólo me preguntó que a dónde quería cambiarme. Sorprendida ante la sencillez del trámite, de pronto se me vino a la cabeza el nombre “Fiestas de Octubre”, y lo pronuncié antes de poder pensarlo. Ella hizo el papeleo en menos de 5 minutos. Yo estaba en shock. Ni siquiera sabía dónde estaban las oficinas del Patronato, y cuando me dijo que estaban en el Auditorio Benito Juárez casi me desmayo, porque era muy lejos de mi zona normal de actividades. Ya me dio pena decirle que siempre no, y salí de ahí tratando de entender porqué pedí esa institución que nunca había considerado y de la que no sabía nada.
CONTACTO: Ya en Fiestas, comencé apoyando en Dirección General, pero luego, gracias a la generosidad de Alejandra, la asistente del Director, pude pasar al área de Promoción que recién se abría, teniendo al frente a Elsa Cervantes. Trabajé con ella más de seis meses, convivencia que permitió que Elsa y yo nos hiciéramos buenas amigas. Durante las Fiestas, a pesar del ajetreo, hubo oportunidad para que Elsa me presentara a casi toda su familia: comimos en uno de los restaurantes de la feria con sus papás; con su hermana Hilda fui al Palenque a ver a Alejandro Fernández; su sobrino Micky frecuentemente estaba en la oficina y Héctor su hermano pasaba a recogerlo. Total de que conocí a todos… excepto a su “otro hermano”, Daniel, porque él no iba al Auditorio; y cuando yo iba a su casa a llevar o recoger a Elsa, nunca coincidíamos.
Se estaba terminando mi tiempo en Fiestas y yo dejaría de tener contacto diario con Elsa, además que tenía que concentrarme en los últimos meses de la carrera, la tesis y la planeación de mi viaje a Chile, que yo quería aprovechar para explorar la posibilidad de quedarme a vivir allá y comenzar a trabajar; aunque también quería ver la opción de irme a estudiar una maestría a España. Para esto, a mis 26 años, yo había cerrado capítulos románticos anteriores y no veía ningún prospecto viable en el horizonte, así que alegremente pensaba enfocarme sólo en mi carrera y en todas las posibilidades que tenía abiertas para su arranque.
DÍA DE SUERTE. El 15 de Noviembre se terminaba mi contrato en Fiestas de Octubre. Ese día caía en domingo, así que mi último día de trabajo sería el viernes 13. Y ese día fue EL DÍA.
Estábamos trabajando en la oficina, terminando el informe, cuando Elsa recibió la llamada de un amigo suyo que también se dedicaba a la promoción, y que trabajaba para una empresa tequilera. A él se le había descompuesto su “mirage” (stand promocional) y desde principios de semana había buscado a Elsa para que le prestara el de Fiestas de Octubre, que era de color negro liso y que se podía adaptar a cualquier producto. Elsa le había dicho que el patronato no “prestaba”, sino que con gusto se lo podía rentar en cierta cantidad. El no había querido pagar, y durante la semana buscó otras opciones, ya que su evento sería el viernes por la noche. Pero esa llamada por la mañana del viernes fue para darse por vencido, así que se pusieron de acuerdo y él se llevó el mirage. Por la tarde, este buen hombre, (del que no recuerdo su nombre y que no se imagina que influyó de manera determinante en mi destino) le llamó y le dijo que no podría entregarlo de vuelta cuando se terminara el evento, que si podría enviar a alguien por él al Salón Fiesta Guadalajara. Para esto, ya era tarde y no había vehículos ni personal disponibles, así que me ofrecí a llevar a Elsa a recogerlo en mi auto. Como el evento se terminaría después de las 9 de la noche, saliendo de la oficina invité a Elsa a mi casa mientras esperábamos que fuera hora. Ahí ella conoció a mi familia, a mis papás y mis hermanas. (Y ese encuentro ayudó a que, más tarde, aceptaran muy bien al “hermano de Elsa” como mi novio).
Luego pasamos al salón a recoger el mirage, lo desmontamos y lo echamos en la cajuela de mi auto. Para entonces era tarde, después de las 10 de la noche, y Elsa me dijo que ya no le parecía adecuado regresar a la oficina del Auditorio para dejar el equipo, que mejor me lo llevara a mi casa y que el día que pudiera pasara al Auditorio a dejarlo, o si no, que ella enviaría a alguien a recogerlo. Yo pude haber aceptado, (y no sé qué habría pasado conmigo y mi futuro), pero me quedé pensando que el mentado mirage era bastante caro (más de $30 mil pesos) y que sería un riesgo traerlo en mi cajuela o dejarlo en casa donde se podría dañar, así que mejor le propuse llevarla a su casa y dejárselo ahí. Ya ella podría pedir un vehículo del Patronato para cargarlo para allá. Ella aceptó y ahí se selló el destino.
Llegamos a su casa y ella me dijo que entraría a pedirle a alguno de sus hermanos que nos ayudara. Yo ya estaba forcejeando para sacar las enormes cajas de la cajuela cuando apareció Daniel para ayudarme. “Mira, -me dijo Elsa-, él es mi hermano Daniel, el único que te faltaba conocer”. “Mucho gusto”, dijimos ambos.
…No, no vayan a pensar que el flechazo fue instantáneo, que sentimos caer un rayo, que oímos musiquita y caímos uno en brazos del otro… no, no fue así… por lo menos no en ese momento.
(El enamoramiento sucedió algún tiempo después, en la puerta de un avión… pero esa, es otra historia)
Terminamos de bajar las cajas, y luego Elsa y yo nos despedimos con mucho sentimiento porque ya no volveríamos a trabajar juntas –eso pensábamos- y quedamos de llamarnos y enviarnos mails pronto. Me despedí de Daniel y subí al auto. Cuando voltee a ver su casa por última vez antes de arrancar, espontáneamente pensé: “Ojalá Elsa me invite de nuevo a su casa… para volver a ver a su hermano”.
Y entonces, ahí, en ese momento, ocurrió lo extraordinario: escuché una voz dentro de mí que claramente dijo: “Dentro de un año estarás planeando tu boda”. Y al mismo tiempo tuve una visión: llegar a esa casa, la casa de mi amiga Elsa, con niños en el auto, que se bajaban corriendo alegremente para entrar a esa casa.
Fue cosa de segundos y me desconcertó, pero cuando llegué a la esquina ya empezaba a preguntarme si de verdad había ocurrido. Con un poco de susto, decidí que habían sido imaginaciones mías, y no quise pensar más en ello.
Los siguientes días me enfoqué al 100% en la escuela que estaba por terminar, y casi había olvidado lo ocurrido. No fue sino hasta después de un par de semanas que llamé a Elsa para saludarla. Luego de las preguntas sobre el trabajo, la escuela, etc., ella me dijo, “Oye Claudita, mi hermano Daniel ha estado insistiendo en que le de tu número telefónico para invitarte a salir. Pero quise mejor preguntarte primero. ¿Cómo ves, se lo doy?”
El resto es historia. Una historia que comenzó ese 13 de noviembre de 1998, el día en que más suerte he tenido en mi vida.
Y sobre la visión que tuve… sí, efectivamente un año después, exactamente el 13 de noviembre de 1999, recibí anillo de compromiso y comenzamos a planear nuestra boda. Y por supuesto, años después, hemos llegado muchas veces a esa casa y los niños se bajan corriendo a saludar a su tía Elsa y a sus abuelos. ¿Curioso, no?
"Lo preocupante no es la perversidad de los malvados, sino la indiferencia de los buenos". - Martin Luther King.
"Los Buenos somos mas"... Esa frase se ha repetido hasta el cansancio cuando se trata de tener una esperanza, un consuelo ante la situación tan espantosa que esta viviendo nuestro país. Y, por supuesto, quienes la decimos, nos contamos en el bando de "los buenos". Pero entonces, ¿Quienes son "los malos"?
Obviamente los desalmados asesinos y secuestradores, que, cuerno de chivo en mano, nos han alejado de la tranquilidad a base de balazos y manchas de sangre. Esos que, lejos de conformarse con matar, ahora torturan, decapitan y descuartizan. Esos son los malos.
¿Quién mas podrá estar en el bando de los malos? Los políticos, que muchos los ven como cómplices de los asesinos, al otorgarles protección, y que en lugar de ver por el bien de la sociedad, se dedican a derrochar el dinero público en negocios que los favorecen a ellos o a sus familiares y amigos. Los legisladores también se están convirtiendo en los villanos favoritos por tener sueldos altísimos sin de veras trabajar para ganárselos, gozar de prestaciones imposibles para un trabajador normal y, todavía, restregándolo en nuestra cara al hacer viajecitos a las Vegas en días laborables y, cuando los cachan, justificarse diciendo "se me hizo fácil".
Si, todos estaríamos de acuerdo en que estos personajes definitivamente están entre "los malos". Pero... Nada más? Reflexionando, me pregunto, ¿Todos los demás somos "buenos"? Se me hace que delincuentes y políticos son sólo la punta visible del iceberg, y que "debajo del agua" hay una enorme base de "malos" que sostiene a esta cúspide...
¿Quienes? ¡Todos y cada uno de nosotros mexicanos!! Ah caray! Dirán ustedes que ahora sí ya me pasé. "Yo no mato, no soy delincuente y me levanto todos los días a trabajar, ¡Yo soy de los buenos!
Ajá, sí. ¿Nunca has... dado una "mordida"? ¿Te has pasado un alto? ¿Comprar la película o CD pirata? ¿Tirar basura en la calle? ¿manejar el auto tan a la ofensiva como se pueda? ¿buscar al "primo de un amigo" que "por una corta" te ayuda a agilizar un trámite? ¿estacionarte "5 minutos" en lugar prohibido? ¿Faltar a trabajar por la cruda? ¿no pagar sueldo justo a tu empleado? ¿mentir para salir de un apuro? ¿Culpar a otro de tus fallas? ¿Quedarte con el cambio que te dieron de más? ¿Ponerle el cuerno a la esposa/esposo? ¿Apartar con un bote un lugar para estacionarte? ¿Hacer como que trabajas, porque ellos hacen como que te pagan? Etc., etc., etc. Y el que esté libre, que lanze la primera piedra...
¡Fallas menores! -podrán alegar. ¡Todo el mundo lo hace! Replicarán. ¡No se compara con matar a alguien!, podrán argumentar. Y es cierto. Pero ese es el principio, esas fallas menores que todo el mundo hace. Los grandes delincuentes y los políticos cínicos comenzaron con estas fallas menores. Pérdida de valores de a poquito en poquito, que, ante la indiferencia de los demás, y ausencia de consecuencias, ha llegado a donde están ahora, donde no hay ningún tipo de ética, valores y mucho menos ley que respetar. Donde no existe nada más aparte de MI voluntad, de MIS deseos, de MIS negocios, MI bienestar... y aguas a quien se interponga.
Desde mi punto de vista, ese es el grave, enorme problema del país: que nos enfocamos en la punta del iceberg, lo que sobresale, y entonces culpamos al gobierno, a los narcotraficantes, a los políticos, a quien sea que entre en la categoría de "los demás", pero no queremos darnos cuenta del ENORME fondo del iceberg, la base que sostiene esos delitos mayores y de la que cada uno de nosotros formamos parte: la corrupción, la flojera, la agresividad, el valemadrismo, la indiferencia, el egoísmo de cada uno de nosotros que conformamos esta sociedad que, se supone, es la víctima de la situación. Esta sociedad que mira indiferente, con indulgencia, o incluso con admiración, a los "vivos" que sin ética ni valores se las ingenian para salir airosos de cualquier situación; que mucho critica a los políticos, pero suspira por un "hueso", no para estar en posición de solucionar algo, sino para sacar provecho propio. Es la misma sociedad que desprecia por "débiles" a quienes tienen moral y no quiere participar en "lo que todo el mundo hace"; que se burla de la gente que se prepara y se esfuerza para lograr algo que, otros, "más vivos", alcanzan con palancas o con dinero.
Esa sociedad que aún se considera infante, que no quiere responsabilidad alguna, que quiere que "alguien" venga a resolver los problemas, pero que no se moverá un centímetro de su zona de confort, rezando para que no llegue el día en que alguien lo mueva, o sea absolutamente necesario despertar y movilizarse. ¿Cuándo será? ¿Cuando sean 60, 90, 100 mil muertos? ¿Cuando los políticos nos roben cuánto? Nos limitamos a mover la cabeza diciendo "qué desgraciados! a dónde vamos a llegar?!" pero seguimos sin hacer nada más que quejarnos, o, indiferentes, hasta nos reímos diciendo: "¡Viva México!" que significa que nuestro país nos da tanta libertad que se pueden hacer esas barrabasadas sin consecuencias. (¡Qué vergüenza!)
Estamos como el cuento de la rana hervida, que inició bañándose en una cómoda agua tibia, y nunca se dió cuenta de cuándo empezó a hervir. Comenzamos tolerando y participando en las "fallas menores" porque "todo el mundo lo hace", "nomás poquito", o porque "lo hacen los demás", o "no me afecta", "es en otras ciudades"... y estamos muy sorprendidos de que estemos terminando con robos y extorsiones de parte de los políticos, balaceras en vía pública, incendios en centros de entretenimiento y cadáveres decapitados lanzados en nuestras avenidas.
De cualquier manera, creo firmemente que, ante cualquier problema, buscar culpables es ocioso. Debemos buscar soluciones. Proponer, pero hablando en primera persona. Asumir responsabilidades. Votar reflexiva e inteligentemente, y exigir rendición de cuentas a los servidores públicos elegidos. Participar. Vencer el miedo. Señalar y aplicar consecuencias a quien actúe incorrectamente. Hacerles saber que la tolerancia y la indiferencia son cosas del pasado. Que lo que hacen ESTÁ MAL. Pero sobre todo, desmarcarnos de formar parte del fondo del iceberg que está sosteniendo a la maldad que sobresale en la situación del país. ¿Cómo? Cambiando de actitud y enseñando a nuestros hijos a actuar honrada y rectamente en cualquier circunstancia, aunque nadie nos vea, aunque no sea en beneficio propio, aunque sea algo muy sencillo, aunque sea más engorroso, aunque los demás lo hagan por el atajo de siempre. Actuar así, simplemente porque ES LO CORRECTO.
¿Los buenos somos más? ¡Demostrémoslo! Es nuestra única esperanza.
"El que es fiel en lo pequeño, será fiel en lo grande".
"Los ángeles caminaron por la tierra sin ser vistos, pero al volar fueron reconocidos".- Thomas Hood.
Mi mamá se llama María de los Ángeles. Así que hoy, 02 de agosto, se celebra su Santo.
Mamá tiene una enorme cantidad de ángeles en casa. Los colecciona desde hace muchos años. Tiene de todos los tamaños, formas y materiales. Los tiene de bulto, en pintura, para colgar, en la ropa, en las paredes y hasta en el baño. Toda la familia hemos contribuído a esa colección, así que también tiene ángeles traídos de otras partes de la República y de otros países.
¿Pero qué o quienes son los ángeles? Transcribo lo que investigué:
"Los cristianos creemos que Dios hizo a los ángeles antes de crear al ser humano. Recibieron mente y voluntad, como nosotros, pero no cuerpos; y tienen tres propósitos básicos: adorar a Dios, servir de mensajeros entre Dios y Su pueblo en la tierra, y actuar como nuestros protectores, si bien nunca interfieren con nuestro libre albedrío. Según la teoría católica, los ángeles se dividen en 9 coros, en orden descendente: Serafines y Querubines, que aman y adoran a Dios; los Tronos y las Dominaciones, que regulan las tareas angélicas; las Virtudes, que obran milagros en la Tierra; los Poderes, que nos protegen de los demonios; las Principalidades, los Arcángeles y los Ángeles, que son ministros y guardianes de la gente. Se cree que cada persona recibe un ángel de la guarda al nacer, un compañero de vida especialmente adecuado a nuestra personalidad única."
Con esa fe adquirida en la educación religiosa de los años 30's del siglo pasado, mi mamá está muy segura de este conocimiento, y, al parecer, tiene una "corte celestial" a su disposición, e invierte una buena cantidad de tiempo antes de dormir para enviar ángeles a proteger y bendecir a cada uno de los miembros de la familia y sus posesiones. Por ejemplo, una pregunta normal para ella es: -"¿Dónde guardan el carro de Daniel durante la noche?" -Mmm.. pues mamá, lo dejamos en la calle, fuera de la casa. -"Ah!, para bendecirlo, para que se los cuiden"... También parece que hace que los ángeles recorran físicamente las casas de sus hijos, pues la última vez que visitó mi casa, me dice: "Déjame asomarme y "revisar" la casa... ah, no me acordaba que la escalera hacia a la azotea tenía un descanso y daba vuelta... ahora ya me voy a acordar para cuando la bendiga en la noche"...
Este ejercicio de bendición no parecería una labor titánica para cada noche, si no contara que tiene NUEVE hijos, casi veinte nietos y nietas, y 6 bisnientos, y otra parentela en cinco ciudades en dos contienentes; y hace esto con CADA UNO de nosotros.
Cuando mi hermano se accidentó a principios de año, mi mamá estaba muy enfadada porque "le fallaron" sus ángeles, hasta que se dió cuenta de que el accidente pudo haber sido mucho peor, incluso fatal. Entonces agradeció y presumió que sus ángeles habían intervenido, como siempre.
Gracias, Mami, por esa protección extendida que siempre nos brindas, tan cerca o tan lejos como estemos, los angelitos que nos envías están siempre a nuestro lado!
Efectivamente, Andy y yo nos graduamos el mismo día. Hoy hace nueve años ya.
Ella, de mi "hijita", y yo, gracias a ella, me convertí en "Mamá".
Nunca me imaginé que contar con semejante "título", por muy importante y rimbombante que suena, no refleja en realidad lo complejo que es "ejercer" en esta profesión tan común de la maternidad.
Ser mamá es un gran privilegio... y una escalofriante responsabilidad. Alguien me dijo alguna vez que los niños eran como plastilina en las manos de los papás: podrían tomar la forma de lo que uno haga con ellos. Eso puede parecer una frase ligera, y tomarse de esa forma, pero pensándolo bien, es una responsabilidad enorme! Andy formará su personalidad en base a lo que le rodea, sobre todo, de lo que vea en MÍ, ya que soy su referente femenino... y ahí puede estar el problema, ya que disto mucho de ser un modelo ideal... de hecho, algunos razgos de su carácter son calcas de los míos y no todos son precisamente muy buenos... Por tanto, de la misma forma como me lleno de orgullo y me siento como pavorreal cuando demuestra su inteligencia en la escuela, cuando lee un libro, o cuando diseña con crayolas unos mini-trípticos para que sus Barbies elijan el destino de sus vacaciones (hija de Mercadóloga Publicista tenía que ser); de la misma forma reconozco y me avergüenzo cuando se comporta en forma negativa... usando palabras y ademanes que no puedo negar que son míos...
Ese es el "truco" de la maternidad, que la congruencia se tuerce muy seguido. Imposible decirles: "haz lo que yo digo, no lo que yo hago". Y cuando se agrega a la ecuación el amor inconmensurable de la madre, que es muy propenso a los chantajes de esos ojitos tiernos, se empeora la situación! Esa es la lucha diaria de la educación de los niños...
Pero volviendo a mi hijita, recuerdo que siempre desee tener una niña. Cuando era adolescente imaginé tener una bebita y ponerle el nombre de Andrea. Me parecía que ese nombre era de una mujer fuerte, inteligente, autosuficiente, dedicada y con mucho corazón. Características que entonces, con la inseguridad de mi adolescencia, veía muy lejos de mi alcance. La idea se me quedó, y cuando, muchos años después, supe que estaba embarazada de una niña, no hubo ni sombra de duda respecto al primer nombre que llevaría, así como el diminutivo que usaría.
Efectivamente, Andy es una niña inteligente, dulce y alegre, aunque fuerte de carácter. Ha sido maravilloso verla crecer en los distintos aspectos: físicamente, recordar cuando cabía en mis brazos, cuando podía cargarla en mis hombros, cuando podía esconderse en un cajón... y ahora que ya casi me llega al hombro y usa sólo un par de números menos que mi talla de zapatos :S Verla crecer intelectualmente, satisfacer su curiosidad sobre los porqués de las cosas, verla iniciar en el aprendizaje de cultura general e identificar su proceso de pensamiento, es ser testigo del crecimiento del Espíritu dentro de ella.
Esta hermosa "princesa" adora sus muñecas y le fascina crear mundos imaginarios para ellas. A diferencia mía, que nunca me gustaron las muñecas, ella estaría encantada si pudiera pasarse el día vistiendo y desvistiendo monas, inventando peinados y aventuras para sus Barbies y sus peluches.
Alguien me contó que hay una versión de la leyenda de "Cupido", en la que este "Dios del amor" es en realidad el alma del primogénito de la pareja, que hace que se enamoren para poder nacer y completar esa pareja haciéndolos padres. Si es así, querida hijita, gracias a tí por darme a tu papá, y gracias a tu papá por hacerme mamá de tan maravillosa niña.
Es un hermoso regalo de Dios, tan parecida y a la vez tan diferente a mí, tan comprometida con su tiempo, tan dispuesta a defender su infancia y tan cercana a mi corazón.
Así que, ¡Feliz Cumpleaños, querida hijita! Te adoro con todo mi corazón.
Y Felicidades también para mí, que cumplo nueve años de haberme graduado y de estar ejerciendo la hermosa, compleja, enorme, feliz, angustiante, intimidante, maravillosa y plena profesión de la Maternidad!
Leí hace algún tiempo, en alguna parte, que no hay UN infierno ni UN cielo, sino que cada quien tendrá una versión distinta, dependiendo de sus propias creencias, expectativas y circunstancias. Es decir, es posible que un buen musulmán efectivamente llegue a "su" cielo donde lo esperen 11 mil vírgenes... Hay también por ahí un chiste sobre el cielo/infierno de Mónica Lewinsky y Clinton, pero eso es otro tema...
Reflexionando al respecto, me pregunto qué características tendrá, por ejemplo, el infierno de Elba Esther Gordillo... quizá un lugar donde nadie le rinda pleitesía, tenga cero poder, se le derrita la cara y no existan cirujanos plásticos... El infierno del Presidente Calderón será donde nadie reconozca los beneficios de su "guerra" y su popularidad sea "cero".... Ah! creo que Calderón ya está en su infierno... :S
Mientras tanto, los Cielos deben ser un lugar de regocijo. Por ejemplo, el de Andrés Manuel López Obrador puede ser cualquier sitio donde le digan "Señor Presidente", y el cielo de Ninel Conde será un sitio donde su nombre sea sinónimo de inteligencia... (Pobre mujer: tiene solamente dos neuronas, una se le atrofió con el silicón, y la otra está de vacaciones permanentes).
¿Y cómo sería mi propio Cielo?
La versión de estar montada en una nube, vestida con una túnica blanca (que me imagino como una bata de hospital, donde se trae el trasero al aire), con alas, una aureola sobre la cabeza y rascándole a un arpa, la verdad se me hace muuuuuy aburrida y no sería la dicha gloriosa que debe haber en tal lugar.
Mi cielo sería una ciudad entre el mar y la montaña, con temperatura permanente de 24° C, con hermosos cielos azules y lluvias moderadas, sin congestionamientos viales, sin baches, sin políticos (Síiii!), donde estuvieran todos mis seres queridos y nunca se enfermaran de nada, donde contara con una tarjeta de crédito ilimitada de la que nunca llegaran los requerimientos de pago; donde los servicios de luz, cable e internet no se interrumpan nunca; donde todo, TODO, estuviera a 10 minutos máximo de distancia. Podría irme a desayunar con la Madre Teresa, o escuchar una clase de Einstein, acudir a un concierto de Rocío Dúrcal con Pavarotti, y escuchar cuentos de viva voz de Edgar Allan Poe. Podría dormir todo lo que quisiera, pero cuando me levantara siempre sería temprano; y mi cuerpo sería el que tenía a los 20 años, no habría necesidad de hacer ejercicio físico para mantenerlo firme, y toda la comida rica no me engordaría ni un gramo... ¿Será mucho pedir?? ¡Así si valdría la pena portarse bien en esta vida, para merecer esto!!
En cambio, mi infierno personal sería un sitio donde haya 40° C en el día y 5° C por la noche. Estaría sola, sin poder salir, en un lugar inmenso, oscuro y vacío donde sólo hubiera una tabla de planchar, una plancha, la pila enorme de ropa, una tele y un radio. En ese lugar tendría que pasarme la eternidad planchando ropa, mientras en el radio sólo se transmitiría música de reggaeton, banda o hip-hop; y en la tele estaría obligada a ver programas de Laura Bozzo, Rocío Sánchez Azuara o Lagrimita y Costel para siempre... Bbrrrr!! Hasta escalofrío me dió!!! De veras que este lugar, para mí, cumpliría con aquello de "lugar de desesperación y rechinar de dientes"!! Casi prefiero mejor las llamas eternas!!
Si me amenazan con esta versión de infierno, me cae que sí me porto bien, aunque sea para llegar al lugar de las nubecitas y el trasero al aire!!
Don Manuel es quien recibió, a mediados de sus cuarentas, con sorpresa y satisfacción, la noticia de que yo venía en camino, después de 4 hijos y 4 hijas, y 7 años después de haber recibido a la última.
Don Manuel es quien se chutó 1 hora de lloriqueos manejando durante una tormenta, en el serpenteante camino entre Guayabitos y Puerto Vallarta, porque a alguien se le olvidó llevar mi chupón.
Don Manuel es quien aparece en uno de mis primeros recuerdos, cuando tenía 2 o tres años, él llegando a casa de trabajar, yo corriendo a recibirlo y él abriendo los brazos para levantarme sobre su cabeza.
Don Manuel es a quien, a esa edad, yo llamaba "chicorico" (con "r" suave) como un sobrenombre cariñoso.
Don Manuel es quien, en una época apretada, cuando estaba construyendo la casa y vivíamos 9 personas en una casa rentada de 3 recámaras, exprimió su cartera para ir a comprarme una patineta al baratillo, pues era la moda y yo deseaba tanto una! Ese mismo año, le fue imposible lograr que el niño Dios me trajera un Atari.
Don Manuel es quien regresó un día de haber comprado el periódico, y con un nudo en la garganta y ojos llorosos, me dijo que habían atropellado a mi perrito salchicha Bobby, que era mi adoración. Pero también él lo enterró bajo el árbol de guayaba fresa, para que estuviera cerca.
Don Manuel me levantaba temprano cuando estábamos de vacaciones en los bungalows de Guayabitos y caminábamos por la playa juntando conchitas, en lo que llegaban las lanchas de pescadores. Compraba pescado sierra recién salido del mar y desayunábamos filetitos en mantequilla, y luego preparaba grandes cantidades de ceviche para el resto del día.
Don Manuel es quien en su tiempo libre le encantó construir cosas en madera, lijar, clavar, reparar. En mi infancia no recuerdo que en casa se haya contratado alguna vez a un pintor, carpintero, fontanero o electricista. Le encantaba salir de casa... para ir a la ferretería. "Todo fácil" aún es su tienda preferida.
Don Manuel me construyó, entre muchas cosas, escritorios, juguetero en forma de carrusel, centro de cómputo, y, aún ya casada, me hizo lámparas, decoró de madera la puerta de mi primera casa, construyó un mueble de cocina cuando me hizo falta y le hizo a mis niños un juguetero en forma de casa de Snoopy.
Por lo mismo, Don Manuel nos despertaba los fines de semana a las 7 "de la madrugada" con el ruido de la sierra eléctrica, cortando madera para sus trabajos (Aún no entiendo porqué nunca se quejaron los vecinos).
También Don Manuel inundaba la casa con el espantoso olor del barniz para madera, pero lo compensaba cuando la casa olía a las deliciosas empanadas, moñitos y ahualulcos de pan de hojaldre, que él horneaba, iniciando desde la harina, hasta espolvorerarlos de azúcar recién salidos del horno. Don Manuel cantaba "Los Conejos Panaderos" mientras trabajaba en la cocina.
Don Manuel es quien asistió una vez en la secundaria a recoger mis calificaciones, vestido con su ropa de trabajo, manchada de pintura y barniz. Una compañera (recuerdo muy bien quién) lo miró despectivamente de arriba-abajo y luego me miró con una sonrisa entre lástima y burla. Obvio, esa niña, nunca fue mi amiga. Sin embargo, yo era adolescente, así que, aunque en el camino de vuelta a casa Don Manuel no me regañó por los 6's que saqué en la boleta, le pedí a mi mamá que la próxima vez fuera ella (o lo mandara a él arreglado).
Don Manuel fue el chofer que me llevaba y traía a escuelas y mis primeros trabajos. Aún cuando él trabajaba en la carretera de El Salto, se compadecía de mí y me llevaba a mi primer trabajo... en López Mateos y Av. México; y antes de que pudiera comprar mi carro, también me llevaba a la Clínica... en Tonalá.
Don Manuel me transmitió su gusto por la lectura y la escritura. Compartió conmigo las revistas y libros condensados de "Selecciones", y jamás me negó el comprarme material de lectura.
Don Manuel no dice malas palabras, nunca lo oí decirlas, excepto la vez que, empezando yo a manejar, en mi primer carro, se asomó para ver si ya estaba todo en orden conmigo, y por accidente le cerré la puerta sobre su mano. ¡Auch!
Don Manuel no es hombre de deportes, ni siquiera de sillón y TV. Prefería trabajar creativamente, solo. Hasta la fecha, no le halla la gracia al futbol: "¿Cómo pueden 22 hombres hechos y derechos estar peleándose por una pelotita?".
Don Manuel orgullosamente cuenta la anécdota de "¿Esto es boda?" para ilustrar la pobreza, pero también la inocencia de su infancia.
Don Manuel tiene una palabra favorita: "rápidamente". Todo se debe hacer así: Si algo hay que hacer, se hace en ese momento. No hay razón para demorar la acción. Imposible que un desperfecto en la casa durara más de un día. Y así también, "rápidamente" quería entregarme el día de mi boda. Cuando caminaba de su brazo hacia el altar, tuve que detenerlo porque quería ir pisándole los talones a quienes iban delante de nosotros.
Don Manuel es un hombre muy creativo. Rompe esquemas. Hizo una puerta con palitos de paletas. Algo que le gustaba, lo copiaba, pero mejorándolo. Un día, yo estaba platicando con un pretendiente, y Don Manuel salió de su taller para mostrarnos unos zapatos suyos que había pintado de color azul pitufo. Cuando percibí que el susodicho pretendiente lo trató con desdén, supe que ese hombre no era para mí.
Don Manuel no se queja. Nunca. De nada. No le ve caso. En una cena al que lo habían invitado, le sirvieron un platillo que a él no le gustaba. Pensando en que "rápidamente" pasara el "trago amargo", se devoró la comida de inmediato. La anfitriona, al ver esto, se sintió halagada y dijo: "Ah, le gustó mucho! ¡Le voy a servir otro plato!..." (Y por supuesto, Don Manuel también se lo comió). A Don Manuel no le gusta el aguacate. Pero apenas hace poco lo descubrimos. "Nunca me ha gustado", dijo. Y mi mamá puso el grito en el cielo que en 60 años de casados jamás lo había comentado y siempre se lo había comido.
Don Manuel no es un hombre de caricias, cariños, palabras dulces o consejos. Pero su vida es testimonio y ejemplo perfecto de amor, dedicación y trabajo.
Don Manuel no va a dejar herencia en cosas materiales. Nunca ha sido un hombre rico. (De hecho, siempre hemos sido "medio pobres"). Pero cada uno de sus hijos ya recibió lo que le corresponde: Educación. A cada quién en el grado y campo que quiso. Pero su mejor herencia para sus nueve hijos, casi 20 nietos y 6 bisnietos, más quienes vengan en el futuro, que llevamos y llevarán su apellido, está impresa en nuestro ADN: su fuerza de carácter, su empeño, su creatividad, su dedicación a la familia y su enfoque al trabajo. Más nos vale honrarlo adecuadamente, desarrollando estas características y aplicándolas en nuestra propias vidas y familias.
Probablemente cada uno de mis hermanos tenga algo diferente que decir. Pero para mí, este es Don Manuel. MI PADRE. Y se me llena la boca y el pecho de orgullo al decirlo.
"Lo que llamamos "Rosa" exhalaría el mismo grato perfume aún cuando de otra forma se llamase" William Shakespeare.- Romeo y Julieta
Cada cosa en la vida tiene que tener una palabra para designarla, llamarla o evocarla. La designación del nombre en los humanos es un momento trascendente, porque, salvo algunos casos, ese nombre se conserva durante toda la vida y se convierte en la referencia para la esencia de esa persona.
Para esta muy importante decisión, anteriormente se recurría al santoral, que era una auténtica ruleta donde muchos perdían. No era raro que a pregunta expresa de un lloroso niño, la excusa de la madre era: "Es que naciste el día de San Herculano". Cómo olvidar también el clásico nombre "Aniv De la Rev" de los que nacían el 20 de Noviembre. Se supone que esos sacrificos de nomenclatura, generadores de burlas y lástimas, eran con el fin de honrar a los santos y consagrarles a los bebés para que quedaran bajo su protección el resto de su vida. Si esto siguiera así, ahora resulta que los padres "encargamos" a los bebés a los artistas de moda, deportistas y personajes de novelas.
Eso me recuerda al sacerdote de la iglesia de mi infancia, (otra vez voy a hacer referencia a un sacerdote... van a pensar que soy cucarachita de iglesia! Jajaja), que por cierto, se llamaba Loreto, era muy estricto y se tomaba muy en serio lo de los nombres. ¡Pobre de quien le tocara que le bautizara a sus hijos! En plena ceremonia, cuando ya traía en la mano la conchita llena de agua bendita, preguntaba: "¿Qué nombre le van a poner?" Y si le contestaban con algún apelativo que él considerara demasiado exótico (que en aquel entonces podría ser Karla, Erika o Alan), exclamaba: "¡Ese no es un nombre cristiano! ¡Se llamará María! (O José/Jesús si era niño). Y antes de que nadie pudiera reaccionar, dejaba caer el agua en la cabecita del nuevo cristiano, con el consiguiente berrinche de papás y padrinos, y el desmadre documental para el niño, porque su acta civil de nacimiento quedaba con el nombre elegido por los padres, y su fe de bautismo con el nombre que se le había ocurrido al sacerdote en ese momento.
¿Que pensaría el padre Loreto de la pareja que le puso a su hija "Like" en honor al botón del Facebook? O de mi amigo, que pensaba que le había costado demasiado trabajo estudiar, y para evitarles "tanto sufrimiento" a sus hijos, dijo que les iba a poner como primer nombre un título. Así, desde pequeños, les dirían "Ingeniero Gómez" o "Licenciada Gómez", evitándoles el paso por la universidad... ¿muy listo, no?
Hace algunas semanas atendí a una señora que pedía informes del Colegio donde trabajo. Al pedirle su nombre para el registro de prospectos, me dijo: "Aparecida G....." Yo pensé que me estaba choreando, sobre todo porque su apellido es como el "Fantasmita amistoso" de las caricaturas, o del rey mago que empieza con G, con terminación "ini". No lo pongo completo porque resultó ser cierto. En días pasados fue a hacer los trámites para ingresar a su hija en el colegio. Quedó en el sistema: "Nombre de la Mamá: Aparecida G.....ini". No me quedé con las ganas y le pregunté. Me dijo que era de origen brasileño, pero que le había provocado muchos problemas en México, ya que no la tomaban en serio... ¿No la toman en serio en el país del doble sentido y de los chistes de todo? Que raro! (sarcasmo)
Pero volviendo a la intensión de honrar a santos, abuelos, parientes, artistas o deportistas en los nombres de los niños, recuerdo también que cuando yo trabajaba en las clínicas del IMSS, tenía que llamar por su nombre a las personas que atendería. Muchas veces me encontré con señores y señoras, grandes de edad, con esos nombres de santos "de antes": Pantaleón, Emeterio, Aquilina, Cornelio, Epigmenia, etc. Pero también no faltaron los pequeñitos cuyas mamás eran fans de Beverly Hills 90210 y entonces desfilaban los Brandons, Dillans, Brendas y Kellys. Vaya, ¡hasta un Beckman iba a atenderse al IMSS! El asunto es que, de acuerdo a sus características físicas, a los señores Emeterios y Epigmenias, les quedaban muy bien sus nombres, cosa que no sucedía con los muy prietitos Brandons y Kellys. Si en esas seguimos, creo que no faltarán pronto los Harry Potters, Wolverines, y pequeñas Lady Gaguitas o hasta Chicharitos!
¿Pero quién soy yo para criticar, si me llamo como las "estrellas juveniles" (de aquel entonces) Claudia Islas y Verónica Castro??
Desde hace algunas semanas, no hay conversación que no incluya una o dos referencias a las altas temperaturas que actualmente estamos viviendo en la ciudad. "Nunca se había visto calor semejante en Guadalajara", "Es el año más caluroso en el último siglo". Y no faltan los profetas que dicen: "y espérate, deja que empiece a llover y va a ser peor"... en esas nos viéramos! decimos, imaginándonos la frescura de la lluvia en la cara.
Hace un par de domingos asistimos a misa, nada menos que a las 12 del día, en un templo en el que, a pesar de los altos techos, el ambiente era bastante parecido a un horno vaporizante. Durante las lecturas y el evangelio, varias señoras sacaron sendos abanicos para refrescarse un poco, moviéndolos algunas con elegancia, y otras, con franca desesperación. Yo las miraba de reojo, con envidia, recordando exactamente en que parte del cajón de mi tocador estaba mi abanico de madera delgadita, perfumada y muy trabajada, que me habían traído de España hace muchos años. "Ah, pero en cuanto llegue a la casa, lo hecho en mi bolsa, y no vuelvo a salir sin él" pensé, mientras intentaba, sin éxito, agarrar algo de aire con la hojita parroquial.
El sacerdote, un señor ya entrado en años, inició su sermón con una larga mirada a la concurrencia, mientras movía negativamente la cabeza. "¿Hace calorcito, verdad?" preguntó en tono de reproche. "Ya los ví, a muchos de ustedes, muy distraídos echándose aire. No pueden hacer un sacrificio por una hora a la semana, para agradar a Dios??" Y continuó con una letanía enumerando los sacrificos de Jesucristo, sus heridas y los padecimientos que había soportado, mientras que, nosotros, ingratos, no le aguantábamos "ni un poco de calor".
Muchas señoras, avergonzadas, se apresuraron a cerrar sus abanicos y guardarlos, muy disimuladamente. A otras les valió madre y descaradamente seguían echándose aire frente a él. Probablemente no estaban escuchando, porque en ese punto el calor hacía que muchos tuvieran la mirada perdida imaginándose una cervecita helada en el oxxo de la esquina.
Total de que al padre se le olvidó explicarnos el evangelio y arremetió de nuevo con la falta de disposición al sacrificio de la gente en la actualidad y de lo maravilloso que sería si ofreciéramos con gusto el calor e incomodidad por alguna causa noble, como el perdón de nuestros pecados. Dicho eso, dió media vuelta y dió por terminado el sermón, continuando con la misa. Más adelante, durante la consagración, llenó el aire de incienso, supongo que para que hiciéramos más sacrificios, al respirar aire caliente y con ese aroma tan pesado.
Hoy, mientras conducía de regreso a casa, en plenas 3 de la tarde por una avenida cargada de tráfico y el termómetro del carro marcaba 36.5 grados, pensé, alegre, que si era capaz de ofrecer el sacrificio, quién quita y algunos pecadillos veniales podrían ser tachados de mi lista... mmm... parecía que valía la pena...podría intentarlo.
Sobra decir que no lo logré. Con el sudor escurriéndome por la cara y por la espalda, al primer auto que se me metió al carril, solté algunas selectas palabras de mi florido lenguaje, contra el tráfico, el desesperante calor, y contra el sacerdote que me hizo tener este cargo adicional de consciencia.
Prendí el aire acondicionado, y mis buenas intenciones, se enfriaron.
Tendré que buscar la redención a través de la paciencia durante el tráfico que se provoca con los encharcamientos de las próximas tormentas. Ya veremos.
Siempre quise llevar un Diario. De hecho, lo llevé durante gran parte de mi estancia en la Escuela Secundaria -allá por 1983-1986. Una década después intenté llevar otro, pero no tenía acceso a computadora, y la verdad, escribir en libretas, todavía hasta la fecha, se me hace tedioso y que no le hace justicia a la velocidad de mi pensamiento. (Aprovecho para dar gracias a mis maestras de Mecanografía!!)
La libreta aquella de mi adolescencia me la encontré hará cosa de unos 10 años y la destruí, porque me mostraba (según yo) a una persona inmadura que contaba niñerías. Ahora lamento haberlo hecho, porque a estas alturas leer un diario puede ser un viaje al pasado para visitar a la persona que yo era en ese entonces.
Bueno, el caso es que escuché hablar del Blog, y ahora, que cuento con computadora y acceso a internet, decidí darle una segunda oportunidad a los diarios, para tener material para reírme y reflexionar un poco más adelante en la vida, y quizá aprender de errores y recordar otros tiempos.
El título del blog es circunstancial. Pensando en un diario, se me vino a la mente la película de Disney, pero como voy a contarles cosas de la vida real, y sabiendo que nunca fui ni seré "princesa", pues se me ocurrió ponerle así.
La escritura y la lectura me encantan desde la infancia. En la Universidad mis maestros se quedaban con mis trabajos porque les gustaba mucho como redactaba. Uno de ellos incluso me exhortó a no dejar de escribir y a buscar una oportunidad en un campo periodístico. Peeeero... la primera cualidad de un periodista -uno bueno- es la objetividad, cosa de la que la mayor parte de las veces, carezco. Pero mi estilo cayó perfecto en la redacción publicitaria y promocional. Ahí si he podido "echarle crema a mis tacos".
Ahora en este espacio quiero echar mis pensamientos al aire. No tengo absolutamente ninguna pretensión. Voy a invitar a mis amigos, familiares y conocidos a leerme, pero es más una terapia de hablar conmigo misma y una forma de expresar mis opiniones, que un afán de volverme popular o influir en algo o alguien.
¿Influencias en mi estilo de escribir? Muchas. Desde los libros clásicos de Las Mil y una Noches, Edgar Allan Poe y Charles Dickens, hasta la película de "Marley y yo", pasando por grandes escritores como Isabel Allende, Paulo Coehlo, y ¿porqué no? JK Rowling; y las columnas editoriales de Guadalupe Loaeza, Sergio Sarmiento, Armando Fuentes Aguirre (Catón) y el desaparecido Germán Dehesa.
Así que eso verán aquí. Un vistazo a mi caleidoscopio personal. Lo que se me ocurra aquí estará: opiniones sobre productos y servicios, reseñas de eventos o películas, anécdotas personales o algo que llame mi atención en la calle. No soy experta y desde ahorita aclaro que "mi verdad" puede que no sea la verdad general, y por supuesto, como he dicho siempre: "nadie tiene la verdad absoluta del Universo... pero sí de su pedacito que le toca vivir".
Bienvenidos. Gracias por leer. Se valen comentarios.